domingo, 17 de junio de 2012
¿Por qué iba a hacerlo?
No pudo más que asustarse ante la reacción de ella, en vez
de enfadarse o contestar a su ataque, lo único que hizo fue mantenerse a un
lado, sonriente. Las sombras provocadas por la vaga luz del lugar hicieron que
su rostro se viera terrorífico. Él tenía la boca reseca y mascaba su saliva
como único resquicio de coherencia en la situación. Por fin sus palabras
volvieron a sus labios y expresó lo que pensaba.
-¿No te vas a enfurecer por lo que te he llamado? ¿No vas a
tomarla conmigo? Quiero ver tu reacción, exprésate ¡dime lo que sientes!
Ella ladeó la cabeza sin mover un músculo de su cara, bien
de cerca podría incluso parecer una muñeca de porcelana, desprovista de toda
vida.
-¿Por qué? –Dijo extrañada. –Lo único que has dicho, es que
estaba loca. Y prefiero estar loca a ser alguien anodinamente normal como tú.
Tembloroso ante la respuesta dio un paso atrás.
-¿O es que a lo mejor tienes envidia de cómo soy? –Observó ladeando
la cabeza hacia el lado opuesto.
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