miércoles, 13 de junio de 2012
La sombra de los reyes
Hubo una vez un Rey, que reinó con justicia y sabiduría, todos le
querían y estaban seguros de que había sido el mejor sustituto de su padre, quien
reinó durante muchos años y terminó teniendo el sobrenombre del Rey “Bueno”, al
final de su existencia.
Sin embargo el Rey del que estamos hablando aunque continuó con las
bases que consolidó su padre, poco a poco fue olvidándose de ellas, tal vez
porque los tiempos habían cambiado –tal y como solía responder si alguno de sus
vasallos se arriesgaba a preguntar por el asunto-, quizá porque el poder y la
codicia le corrompieron.
La verdad es esta, pues todo lo que quería el Rey era ser amado y cuando
lo consiguió se dio cuenta de que el odio era mucho más poderoso y le creaba el
mismo placer. ¿Por qué entonces esforzarse en tratar a los criados como
personas? Al fin y al cabo el pueblo nunca se levantaría para hacerle frente.
Su padre asentó bien las bases en aquellas mentes sí.
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