jueves, 14 de junio de 2012
Historia de un grito
Chillidos, gritos, llantos ¡desesperanza! Empieza despacio y va surgiendo, se eleva desde mi interior hasta mi garganta. La cabeza a punto de explotar. Un
gesto ¡una palabra! Agacho la cabeza y me tapo con los brazos. Ya no hay nada
que hacer. Todo se va yendo lentamente. Vendrán gritos nuevos, pero estos se
quedarán para siempre.
0 comentarios:
Publicar un comentario