Intenté no seguir pensando en elloy sin embargo lo seguía haciendo. Era como si el mundo se hubiese posicionado en mi contra. Como si el cielo y el infierno esperasen ansiosos a ver qué opción escogía. ¿Qué eleeción debía de tomar si ambas eran igual de malignas? ¿Qúé debía hacer cuando ni yo misma sabía cómo había conseguido llegar a aquella situación?
Me sequé las lágrimas, que sólo era capaz de notar yo por culpa de la lluvia, e hinché de aire los pulmones. Sabía que tenía que enfrentarme. Pero quizá... ¡Oh Dios! Mientras caminaba mi pensamiento era único.
Sólo un día más.
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