Pies fríos y desnudos. La boca seca con regusto a whisky barato. Se la limpia con el dorso de la mano y desentumece los músculos estirándolos antes de levantarse. La cara está áspera, ha habido lágrimas nocturnas por lo que si la lamiera también sabría salada. Apenas puede ver, tal vez si se echa agua mejore, sin embargo no tiene muchas ganas. Hoy es un día como cualquier otro para pegarse un tiro.
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