martes, 12 de junio de 2012
Escritor frustrado
Otra noche más intento escribir algo. Hace meses que lo
hago, cuando cae la noche y el único sonido que se oye son los susurros de los
amantes bajo las sábanas y la dulce respiración entrecortado de la gente
mientras duerme. A pesar de mis esfuerzos, mis obras se evaporan antes de
terminar de escribir lo tres primeros párrafos, todas las ideas que me habían
parecido originales y profundas, terminan convirtiéndose en simples banalidades
que resultan vacías y sosas.
Me preparo una taza de café negro y con sumo cuidado la
apoyo sobre la mesa de trabajo, o bueno, mejor dicho el sitio donde están mi
cuaderno y mi bolígrafo. Ni siquiera utilizo el ordenador a no ser que sea
necesario. Es muy simple, algunas personas no creen en Dios, yo no creo en los
ordenadores.
Hojeo mi cuaderno dos o tres veces antes de empezar a
escribir una hoja nueva.
Debería de comprar uno nuevo o tal vez tirar este y
olvidarme del estúpido sueño de escribir. Tal vez Steve tenga razón y lo mío
sea cuidar a mi marido y criar hijos.
Tal vez, si no fuera que vivimos en el siglo XXI y Steve es gilipollas.
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Este texto ya lo puse en el otro blog (aunque no lo encuentro para poneros un enlace). Acababa de leer algo sobre Stephen King seguro, porque siempre habla de escritores frustrados. Aunque esta vez le di un toque femenino, que la única protagonista/escritora frustrada de los libros de King es la de los Tommyknockers (que casi no cuenta). Por eso también lo del nombre de Steve (cambiado para el Otaku Perdido).
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